
Esta iniciativa parte del ocupa Luis Oliver, que cada día que pasa parece estar más claro, manda en usufructo en el equipo verdiblanco.
Curiosamente, este cambio de nombre debe ser aprobado por la Junta de Accionistas aun por celebrar, y en dicha Junta, es en la que las administradores judiciales, con Gordillo a la cabeza, tomaran el mando de la nave verdiblanca.
Teniendo en cuenta este dato, ¿quien es Oliver, y el consejo actual para dar este paso?, y algo aún más importante; si la función de los administradores, aparte de dirigir la entidad, es por ley salvaguardar los intereses de las acciones que representan, es decir Farusa, ¿No sería lo más lógico desde el punto de vista jurídico, mantener el nombre actual del estadio, para no hacer perder valor a dichas acciones?
En definitiva, este paso parece que lleva simplemente a obligar a los administradores a tomar la decisión de rechazar los resultados de la votación y así dejarlos en mal lugar, y atacarlos una vez los actuales consejeros sean desposeídos de su cargo.
Una pantomima más de este Oliver, que desgraciadamente y gracias al ex presidente José León habita en la planta noble de nuestro estadio, y de la que no estoy dispuesto a ser participe.
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