El partido de Tarragona fue un claro espejismo de como un arbitraje puede destrozar un encuentro, y no me refiero a las expulsiones, la de Belenguer por cierto totalmente injusta, sino que fue un clarísimo ejemplo de como machacar a un equipo a base de faltas continuadas y tarjetas sin ton ni son.
Es la historia del club, del Curro Betis, del Manque Pierda, todo en este club tiene una pizca de agonía y sufrimiento y por eso, es tan grande se bético.
Con la llegada a Santa Justa comenzó la fiesta, encabezada por Emaná que cumplió su promesa y se pinto verde y blanca su cabeza, una marea de aficionados rodeó el autobús hasta la llegada del estadio donde todos los jugadores bailaron y cantaron con la familia verdiblanca a gritos de Miki Roque, Pepe Mel y nuestro flamante presidente Don Rafael Gordillo.
Se acabó el sufrimiento y toca trabajar para elaborar un equipo competitivo en la vuelta del Real Betis Balompié a la élite del balompié, y es que ahora sí de una vez.
¡¡¡¡¡¡EL BETIS ES DE PRIMERA!!!!!!